El título es explícito al respecto, no deja lugar a dudas sobre lo que siento por mi oficio de artesano entelador.
No niego que comenzó como un hobby o mejor expresado como la necesidad compulsiva de pintar en tela. No en forma artística, sino más bien de forma artesanal. Más tarde apareció la otra compulsión, la de entelar. Me tomo el trabajo de escribir estas líneas con el fin de aclarar, y aclararme el concepto central de mi tarea de artesano. Suelo ver en las caras y en los dichos de algunas personas, conocidos y amigos, o hasta extraños, que mis artesanías enteladas son un pasatiempo nada más. Por supuesto que lo son, sino no las haría. El primero que se divierte y goza con mi trabajo soy yo. Digo trabajo para que me entiendan a que me refiero, pero para mí no es un trabajo es una forma de vida. Que en definitiva no es más que un hermoso juego. Si realmente fuese un trabajo lo haría de lunes a viernes y descansaría los fines de semana. No me molesta en nada pasarme sábados y domingos haciendo mis artesanías. Me causa placer. Este concepto, poco, muy pocos lo entienden. Si les digo que el trabajo es una condena impuesta por este sistema capitalista, que nos gobierna, enseguida me tildarán de anarquista. Pero creo profundamente que si cada uno de los habitantes de este mundo hicieran lo que les gusta realizar, no habría trabajo en el mundo. Hablaríamos de ocupaciones, talentos o capacidades pero no de trabajo. Me cuesta mucho tratar de vivir dignamente de lo que hago, pero me gusta hacerlo e incluso me hace bien. Por lo que logro en lo profesional y por las sensaciones que producen mis piezas enteladas en los otros. Más allá de obtener una venta, cuando alguien alaba mis artesanías enteladas, desde un punto de vista profesional, por ejemplo un colega, mi objetivo está cumplido. La pieza, el objeto, logró su cometido de impresionar, emocionar o sorprender a esa persona. Todo el tiempo trabajo con emociones y sensaciones, a veces la pego otras no logro el cometido. El emblema de los que les escribo en estas líneas es la reacción del público, sin edades, ni sexo, con los buzones alcancías. Nadie queda indiferente son muchas las sensaciones, emociones y recuerdos que los asaltan, a los que ven mis buzones alcancías. Creo que este ejemplo es el mejor representante para explicar, porque me gusta hacer lo que hago y lo disfruto sin que sea una carga. Mauricio Uldane artesano entelador
0 Comentarios
El encargo de 24 buzones vino de parte de la gente del bar Posdata que se encuentra en la calle Azcuénaga 1739 del barrio de Recoleta en la ciudad de Buenos Aires.
Estos buzones sin cerradura cumplirán la función de llevar, en su interior, la cuenta a la mesa del cliente. Una original manera de encontrarle una nueva función a una versión de mis buzones alcancías. Los buzones del bar Posdata son más chicos que los buzones alcancías que vengo haciendo desde junio del 2003. Un poco más petisos y sin cerradura. Además de tener una puerta mucho más grande para poder poner en su interior la cuenta del cliente. El pedido de la gente de Posdata vino porque el bar es temático y su especialidad es el mundo del correo. Buzones, estampillas y sobres serán los partícipes de este nuevo bar que abre sus puertas en el barrio de Recoleta. Por esas cosas de la vida me crié a tres cuadras de donde está ubicado el bar Posdata. Más precisamente en la esquina de Galileo y Copérnico, no es un chiste, las calles existen sino vean el plano que sigue a estas líneas. El rulo de la vida me ha llevado a volver al barrio luego de 20 años de alejamiento. Pero esta vez vuelvo como artesano y no como vecino. Artesano que vio la luz en otra parte pero regresa al barrio donde nació y se crió. Es una forma de estar nuevamente en el barrio que me vio crecer. No supe que el bar estaba en ese barrio hasta que me pasaron la dirección para llevar las dos docenas de buzones. Allí llegaron los buzones armados con tubos de cartón y partes en fibrofácil (MDF). Además de tener partes en cartón, sogas, hilos y precintos plásticos. Nunca imaginé que alguna de mis artesanías enteladas irían a parar al barrio que pasé mis primeros 28 años de vida. Como siempre la vida nos da sorpresas y gratificaciones. Si no fuera por los dueños de Posdata el barrio de Recoleta no conocería mis buzones entelados. Cada tanto nos pasan cosas en la vida, esta es una de esas situaciones. Que además suelen ser irrepetibles. Mauricio Uldane artesano entelador Hace un tiempo les escribí sobre las herramientas que uso para desarrollar mi actividad de artesano entelador. Ahora les comentaré las herramientas que hice para cumplir una función especial.
Los buzones alcancías son los que me han obligado a desarrollar la mayor cantidad de nuevas herramientas. Por ejemplo, medias cañas de madera para poder lijar la cabeza y el cuerpo de los buzones. También un inglete para cortar los travesaños de fibrofácil (MDF) que van en la cabeza de los buzones. Otro inglete lo armé para cortar los precintos que uso de molduras para las puertas y los cuerpos de los buzones alcancías. Hablando de inglete hice uno para cortar por la mitad los cilindros o tubos de cartón. Al tener dos mitades tengo dos tapas para mis baúles chicos o medianos. Con un pedazo de madera, de una vieja percha, me construí un cortante especial. Lo diferente de esa herramienta es que aprovecha la última parte de la hoja del cortante, la que tiene un agujero. Con un tornillo y un soporte de metal logro aprovechar esa parte de la hoja. De otra forma iría a parar a la basura. Estas son algunas de las herramientas que he diseñado y armado para facilitar la labor diaria. A veces pierdo tiempo en la construcción de la herramienta, pero gano en velocidad una vez que la uso. Además el trabajo se vuelve más eficiente porque la herramienta es específica para la tarea encomendada. Las herramientas especiales van apareciendo según las necesidades y la demanda de trabajo. A veces no se justifica su armado, otras son imprescindibles para determinado trabajo. Y sin ellas la tarea se vuelve muy complicada, pero al crearlas todo fluye más rápido. Mauricio Uldane artesano entelador Hace unos días estuvo de visita, en casa, mi amigo Luis Pérez. Él está admirado del trabajo que tiene la cabeza del buzón alcancía que hago.
Cuándo me preguntó cómo estaba armada la cabeza del buzón y le conté el proceso me dijo “¡qué trabajo!”. Si la verdad que es una tarea de cierta complejidad. Además que lleva su tiempo de armado. Es la parte más compleja de todo el buzón por la cantidad de piezas que lleva. Entonces mi amigo Luis me preguntó si no había una forma más simple de hacerla y le respondí que no. Porque debería hacerla totalmente en fibrofácil (MDF) y darle la forma a mano. Para hacer esto necesitaría un torno. El chiste es lograr lo mismo en forma manual. Además pesaría mucho más en la parte superior que en el cuerpo y la base. La cabeza del buzón tiene una parte de fibrofácil (MDF), como base, donde va a apoyar la otra parte hecha en cartón, sogas e hilos. La dureza se la doy con la masilla de carpintero. Por eso les digo que el proceso es largo y de cierta complejidad. Después de seis años y medio de armar buzones alcancías he logrado un estándar de trabajo. Una especie de trabajo seriado sin tener que usar un proceso industrial. Por eso hoy tengo armados 143 buzones desde el año 2003. La idea motriz de mi trabajo es hacer una pieza artesanal de uso cotidiano, pero con calidad y buena terminación. Los buzones alcancías tienen dos manos de acrílico y una de barniz acrílico. En definitiva es una pieza que soportará el manoseo diario. Siempre les digo que los buzones alcancías me han dado, me dan y me darán muchas alegrías y satisfacciones. Mauricio Uldane artesano entelador Todo empezó a principios de este año. Un socio del Club Clásicos San Miguel tiene un programa de radio sobre automovilismo regional. El programa se llama Pisando a fondo y se emite, los martes de 17 a 18 horas y los jueves de 16 a 17 horas, por radio Sintonía AM1000 de José C. Paz en el conurbano bonaerense.
El conductor del programa es Osvaldo Saucedo y gracias a él mis buzones alcancías son conocidos en la zona de influencia de la radio. Osvaldo hace un concurso mensual en su programa sobre Turismo Carretera del pasado o sobre automovilismo del ayer. El premio es uno de mis buzones alcancías. Los oyentes que acertaron la pregunta van a un sorteo y el ganador o ganadora se alza con el buzón. Así varios se han ganado una de mis piezas. Muchos se sorprenden porque los buzones tienen cerradura. Otros lo consideran un pequeño trofeo y así van apareciendo diferentes valoraciones sobre mis piezas. Para mí todo esto tiene dos caras. Por un lado Osvaldo hace publicidad de mis buzones y mis otras artesanías enteladas, a través de su programa. El otro lado es el agradecimiento de los ganadores y ganadoras hacia mis piezas enteladas. El boca en boca no tiene rival. Siempre es la mejor publicidad que se puede pagar. El agradecimiento a Osvaldo Saucedo es infinito porque logra el cometido de darle un premio a sus oyentes y como añadidura los alegra con una pieza artesanal de calidad. Mauricio Uldane artesano entelador Las molduras de un baúl cilíndrico (Cilindrela) se pueden hacer con las manijas de las bolsas de cartón, esas que nos dan cuando compramos ropa. El cuerpo del baúl es un tubo de cartón que desechan en las ópticas. Dichos tubos o cilindros están dentro de las máquinas de revelado. Los tubos son la base que contienen al papel fotográfico.
Esos tubos de cartón también me sirven para armar mis buzones alcancías (Buzonela). Los buzones también tienen parte de una caja de ravioles. El cartón de la caja la uso para armar parte de la cabeza de los buzones. Una percha vieja de madera también puede servir para la construcción de la alcancía. El gancho de alambre es ideal para hacer los pernos de la puerta. Nunca pensaron que dentro del fax podía existir algo que me sirva para hacer las molduras de un calendario perpetuo de pared (Fechela). Bueno, el tubo de cartón que contiene el papel térmico cortado al medio se convierte en dos molduras. La pizza también interviene en el armado del calendario perpetuo. Lo hace con el hilo que ata la caja de la pizza. Ese hilo me sirve para hacer el galón que luego pinto en dorado. ¿Qué hacer con una vieja hoja de sierra júnior? La sierra de corte del papel de un anotador de mesa (Anotamela). Para que no se oxide me tomo el trabajo de barnizarla. Además con una hoja júnior la corto al medio y obtengo dos sierras de corte de papel. Los tornillos que la sujetan al cuerpo del anotador de mesa pueden provenir de una vieja calculadora de mesa. Los ejemplos anteriores son una muestra de cómo se pueden aprovechar materiales que tienen como destino el tacho de la basura. Hay que tener la suficiente visión para ver que nos sirve para la pieza que vamos a crear. No todo sirve, pero hay mucho material que se tira y todavía tiene utilidad en este mundo descartable que nos quieren imponer. Volvamos a reutilizar materiales no sólo por una cuestión ecológica, sino por una razón económica. Dejemos de gastar nuestro dinero en cosas descartables. Veamos que hacían nuestros abuelos en el pasado. El pasado puede ser la base de nuestro futuro. Mauricio Uldane artesano entelador La pregunta la he oído varias veces en referencia a mis artesanías enteladas. Cuando digo el precio de una determinada pieza, por ejemplo un aparador de té, que vale $58 para Argentina, un mutismo invade a la billetera. |
Mauricio UldaneSoy un artesano entelador que vive en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Me dedico a confeccionar diferentes piezas que van desde un buzón alcancía hasta cajas todo entelado por dentro y por fuera. Con diseños propios y originales. Mis piezas enteladas son numeradas y fechadas. Archivos
Noviembre 2018
Categorías
Todo
|